El microchip para mascotas sirve para identificar a los animales y a sus dueños, lo que ayuda a reencontrarlos si se pierden.
También ayuda a combatir el abandono animal y a promover la tenencia responsable.
Un veterinario implanta el microchip debajo de la piel del animal.
El microchip es una cápsula del tamaño de un grano de arroz que contiene un código único.
Si el animal se pierde y lo llevan a un veterinario o refugio de animales, pueden escanear el microchip con un lector.
El lector identifica el código numérico y busca los datos del animal y de su dueño en una base de datos.
Luego, se contacta al dueño para que pueda recuperar a su mascota.
El microchip es un mecanismo de identificación permanente que dura más de 20 años. Se puede aplicar a cualquier edad y no requiere cirugía ni anestesia.